06 marzo 2007

Si nos quedara poco tiempo

Espero con anhelo tu regreso. Espero pacientemente, como una abeja espera para posarse sobre una flor. Espero porque no me queda más remedio. Porque entre esperar y vivir en completa agonía hay solo una delgada línea, donde tambaleo. Una agonía que me invita a rendirme hacia ella, a dejar a un lado la seguridad que expides, la confianza que me has enseñado a mantener, el esfuerzo de entender porqué siento lo que siento y no me avergüenzo de ello. No, no me averguenzo por ver en tus ojos cada vez que puedo un nuevo amanecer. Un misterio oculto que me atrae a sumirme dentro de tus pensamientos, dentro de la luz que forman tus ideas y me hacen entender más porqué ése brillo en tus luceros solo yo lo percibo, nadie más.

No, no me avergüenzo de ésa sonrisa cómplice que me desarma, que ilumina mis noches y esclarece mis días. No, no me avergüenzo de pensar que ésta será la primera vez que te veo porque por verte estaría dispuesta a nacer cada día con tal de sentir ése cosquilleo inmenso causado por el nerviosismo de éste único encuentro. Encontrarte, conocerte de nuevo; todo un reto. No, no me avergüenzo de apresurar al tiempo a que adelante las horas con tal de poder estar contigo. Tampoco me avergüenzo de querer detener el reloj y exigirle a los segundos que se tomen un descanso cuando estás conmigo. Quiero disfrutar tu compañía sin las expectativas de una cita o una reconciliación. Quiero escuchar tu silencio, sentarme a tu lado en aquel banco solitario que no hace mucho me preguntó por los dos. Quiero fotografiar tu mirada en mi mente, unirla al albúm de recuerdos y marcarla como presente.

Porque sí, no me avergüenzo decir que siempre nos quedará muy poco tiempo para amarnos en la distancia. Pero prefiero no verte, imaginarte jugando con el aire que respiro a pensar que quizás sea en vano mi afán de esperar.

De esperarte.

04 marzo 2007

Amar

Ni siquiera piensas en lo que me haces con tu presencia.

Mi sanidad se alborota, mi mente se alerta.
Ya no hay paz, ya no hay calma, mi corazón despierta.
Es tu mirada la que desnuda mis sentidos.

Contigo soy distinta, soy una presa de ésta cosa que llaman arte.
Que llaman arte y no tiene nada que ver con pintura.
Que llaman música y no tiene nada que ver con sonidos.
Que llaman enseñanza y no tiene nada que ver con maestros.

No, no tiene que ver con nada de lo que dicen.
Tiene que ver con todo, todo lo que no se vé pero se siente.

Se siente el arte, la música, la enseñanza de la vida por excelencia: el amar.