24 agosto 2006

Fuente: Primera Hora

APPORO, Japón.- Un punto fue la diferencia. ¡Un maldito punto!

Por uno le ganó China a Eslovenia y entró. Por un mísero punto perdimos ante Italia nosotros. Un simple punto que fue la diferencia entre terminar segundos y pasar a Saitama a la siguiente fase o quedarnos con el quinto y regresar a casa. Y fue el segundo escenario el que nos tocó.

Estuvimos ahí, con ellos, a palo limpio, resistiendo de todo, pero nos quedamos cortos, nos cansamos, perdimos la concentración y, hay que decirlo, el pito nos fastidió.

Una derrota dolorosa, 73-72, que nos pone a recoger maletas temprano y a montarnos en un avión. No a Saitama, como lo teníamos previsto, sino al otro lado del Pacífico, a Puerto Rico.

Puerto Rico inició en la pelea. No se durmieron como en los últimos dos desafíos. Empezaron faja'os con Larry Ayuso como el suplidor principal de canastos y de su mano nos llevamos el primer parcial, 23-21.

Para el segundo parcial, Angelo Reyes trabajó duro en la pintura. Se combinó muy bien con Carlos Arroyo, que no estaba teniendo su mejor noche ofensiva, pero sí les hacía llegar la bola bien a sus compañeros. Italia vivía de Luca Garri y de Dennos Marconato, pero Puerto Rico, aun con tan sólo dos puntos de Arroyo en toda la mitad, se las arregló para llevarse la primera mitad, 43-38.

Para el tercer tiempo, sufrimos una sequía ofensiva mortal. Apenas 13 puntos en ese parcial, once de ellos de Larry Ayuso y dos de Rick Apodaca. Nada más. Transcurrieron cuatro minutos sin que viéramos entrar la bola en la malla y, aunque Italia tampoco pudo despegarse grandemente, perdimos el parcial, 59-56, en lo que parecía el principio del final.

Para el cuarto y último periodo, Puerto Rico entró a cancha ansioso.

Italia no se despegaba gran cosa, pero los boricuas tampoco podían ejecutar como esperaban.

El primer síntoma de ansiedad llegó con una falta antideportiva de Angelo Reyes, su quinta, que llegó tres segundos después de haber fallado malamente un tiro al canasto.

La presión estaba sobre Puerto Rico.

Italia nos envió diez veces al tiro libre en ese parcial. Cobramos con éxito en todas, pero no pudimos combinarlos con canastos de campo.

Nos cerraron el espacio desde la línea de tres puntos, la bola apenas le llegaba a Carlos Arroyo a las manos y menos podía ponerla a producir.

Aun así, nos mantuvimos cerca, 73-70, con 1:30 todavía por jugarse: ¡Un mundo! Pero nos comió la ansiedad.

Primero, Antonio "Puruco" Látimer corrió con el balón y, más adelante, con 1:06 en el reloj, le pitaron lo mismo a Carlos Arroyo, una jugada muy discutida, pues pareció que se llevaron enredado al boricua, pero el árbitro griego Nikolaos Zavlonas sonó el pito y nos quitó la bola ante el airado reclamo de todos los boricuas.

Aun así, Larry Ayuso consiguió un enorme canasto con 28 segundos por jugarse para poner el marcador, 73-72, mientras Italia no podía encontrar el aro tampoco, pero el destino le tenía un buen regalo al final.

Italia gastó sus 24 segundos y no consiguió canastos, pero con cuatro segundos en el reloj, los boricuas tampoco pudieron ejecutar.

Danny Santiago tomó el balón, adelantó a Carlos Arroyo, quien cruzó la mitad de cancha casi sin tiempo y la tiró para el cielo, más en busca de un milagro que de un canasto pensado.

Pero la bola no se acercó al aro y la chicharra sonó.

Italia ganó, los eslovenos y los chinos en las gradas celebraron y Puerto Rico, cabizbajo, tragó la amarga derrota.

Hasta ahí llegaron las esperanzas de Puerto Rico de pasar a la segunda ronda. Hasta ahí llegó Julio Toro como dirigente de Puerto Rico.

A partir del sábado, otros seguirán jugando mientras Puerto Rico viaja.

Y todo por un maldito punto.

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