Crónica de la Entrada

16 de mayo de 2006

El día tan esperado había llegado. Después de sudar y trabajar por todo un año para que todas nuestras expectativas-del ansiado último año-se hicieran realidad, gracias a Dios se cumplieron…o al menos la mayoría. El estrés se apoderó de nosotros los días antes y los nervios arrasaron con nuestra paz.

Este día ha sido emocionante, en todo el sentido de la palabra. Nunca en nuestro grupo, que llevamos 11 años aquí, nos hemos unido tanto. La adrenalina y el compañerismo se hicieron presentes en todo momento. Undécimo quería que la entrada saliera bien incluso cuando la clase de Duodécimo había esparcido rumores de “boicotarnos” la actividad. No lo lograron. Pese a las incremencias del tiempo-lluvia-y los malos deseos, una vez más pudimos comprobar que el bien siempre triunfa sobre el mal. Aún cuando nos rehusemos a creerlo, reconozco que tenía mis dudas.

Después de que nos tocó salir del salón del que estábamos escondidos, a la tercera llamada, nuestra mente no dió lugar a “pensamientos”. Literalmente “corríamos como caballos luego de haber sido, por un tiempo, enjaulados”. Felices, alegres, contentos, las bocas de nosotros dolían de tanto sonreír. El mero hecho de ser Seniors, crecer hacia ésta nueva etapa y despedir a aquellos cuyas vidas girarían a partir de ahora hacia la vida universitaria nos hizo sentir “los mejores”, modestia aparte.

En la escuela nada había cambiado ésa mañana. La infraestructura de la cancha seguía siendo la misma, el programa de clases no había sido afectado e incluso nuestros maestros de salón hogar hablaban como si nada importante estuviese ocurriendo. Pero había una expresión, una chispa de ilusión en los ojos de los JONEX 2007, que hacía ver la vida de una forma diferente; a quienes estuvieron pendientes de ellos, a quienes en algún segundo del día miraron sin observar y se detuvieron en ése mínimo detalle que conducía al cambio.

Los comentarios eran de todo tipo. Los ahora graduandos confabulaban entre sí para “aguarnos” la fiesta y ser una vez más el centro de atención. “Dejar un legado con su presencia” su lema, representaba antipatía y exclusion. Durante el desayuno, protocolo de muchos años, sonrieron escondiendo sus verdaderas intenciones. La hipocresía es el pecado más afrodisiaco de todos. Sin embargo, nada de lo que hicieron o tuvieron pensado hacer, arruinó nuestro sueño.

Inventamos, improvisamos y trabajamos los planes a última hora y contrario a lo que muchos pudieran pensar, resultó fresco y espontáneo. En el momento nadie estuvo pendiente por seguir algo en específico sino en entrar y mostrar nuestra camisa, por lo cual nos lo disfrutamos cada instante. Polo vino, cuello y mangas azul de tela de camisa, así era nuestro distintivo. Una entrada carnivalesca resultó. La batucada hizo su parte jugosamente, lo digo así porque entre la música, la alegría y las caretas parecíamos frutas mezcladas en pleno ponche gozando el sabor.

Las chispas brotaron cuando entramos a la cancha. El muchacho de los fuegos hizo asustar a los chicos y fascinar a los grandes. El sancudo bailó como si no estuviera seis pies más alto que los demás. Nuestros cuerpos se movieron al compás de los tambores y las trompetas, y nuestras caras rojas y sudadas demostraban la excitación que llevábamos dentro.

Antes de salir, todo parecía confuso y los nervios llegaron a ocasionar ciertos retorcijones en el estómago pero pronto se desvanecieron. Las gargantas terminaron sanas, aún cuando en algún minuto entre grito y grito, pensábamos que nos quedaríamos sin voz. Nuestra entrada magnífica y pomposa, no importa si el próximo año la sobrepasan o la hacen mil veces mejor. Sólo nos importa que gozamos a todo dar nuestro momento como Seniors 2007 y ninguna otra actividad que otros grupos hagan, la llegarán a igualar.

Mario & Luigi, logo de los JONEX 2007, impactaron nuestra infancia y como tributo que le hacemos nosotros, la juventud, nos ayudarán a que “Juntos Organizamos Nuestro EXitos”