El Muro de la Controversia

Desde el inicio de las sociedades, la división de creencias y formas de gobierno han mantenido el respeto a barreras imaginarias entre países. Vemos mapas políticos que trazan líneas en los posibles límites de un territorio, donde termina ó empieza otro. Las fronteras hoy en día, no son tan imaginarias como parecen. Casi todas en el mundo, están custiodadas por servicio policiaco y a veces militar, que velan por los documentos certificando el pase a la nación de la cual son parte y a su vez, cuidando de aquellos ciudadanos que decidan traspasarla sin "permiso".

Desde el siglo XX se han radicado cambios en la estructura social de los países de los cuales, buscando un alto a la evolución del pensamiento, permitiendo que otras creencias influyan en el desenvolvimiento y seguridad de la nación, construyen ciertas barreras físicas para aguantar efectivamente tales problemas. La barrera física más conocida en la historia es el Muro de Berling.

Dividiendo las dos Alemania's, luego de la caída del Imperio Nazi, desde el 1961, consta con una longitud de 155 km de largo y fue reparado con hormigón armado en el 1975. Las diferencias...no parecían ceder. El 9 de noviembre de 1989 el Muro cae después de años de intensa protesta por parte del pueblo.

El Muro no se sostuvo. Las personas se abrazaron. Las diferencias quedaron en el pasado. Hoy todos ellos, son una nación.

Entonces, ¿Qué función tiene un muro si tarde o temprano será derrumbado? Es absurdo pensar que las mentes supuestamente privilegiadas que constituyen un gobierno encuentren al muro como una solución y no un problema.

El Muro de Berlín se queda corto, en comparación al denominado "Muro".

Setecientas millas de largo cubrirá un muro que respetará la frontera entre Estados Unidos y México, provisto como un freno efectivo a la inmigración no reciente de mexicanos en busca de prosperidad y trabajo. El Muro de la "Verguenza", de la "Contradición", del "Error"...no es respaldado por la mayoría del mundo.

Aún si cesara la inmigración por tierra, no después de que se gaste una fortuna millonaria en su construcción, no asegura que ésta pare por el medio marítimo e incluso aéreo. Quien tiene voluntad, logra siempre su objetivo. Esta construcción resulta denigrante, tanto para México como para Estados Unidos, porque demuestra la incapacidad de diálogo y de buscar una solución justa que traiga consigo más beneficios que pérdidas.