05 noviembre 2006

A la horca

No sé porqué la condena de Sadam Hussein me hizo sentir tan frustrada, tan impotente. Si bien dicen que fue un tirano en su gobernación en Irak, nunca me sentí tan vacía ante el veredicto de la llamada "justicia". No conozco los detalles, ya ni sé quién está mintiendo ni quién ha dicho la verdad. Solo sé que el veredicto ha tronchado tres vidas, la de él y la de dos hombres más. Solo sé que mi visión se vió empañada por gotas saladas, que mi corazón se encogió sin aviso alguno y que mi perspectiva cambió.

Quizás porque un hombre que no merece ser llamado como tal aplaudió con gran ánimo el veredicto. Quizás porque una nación festejó descaradamente por la sentencia. Quizás porque aún en el fondo de mi interior sentía que había algo bueno en las personas, que las hacía tomar decisiones inteligentes y no tomar la más fácil solución. Aniquilarlo, salir de ésa persona, matar su existencia...así se evitan los problemas. Condenar a alguien a la muerte es un acto infrahumano, cruel y despiadado, es un acto sin moral y sin escrúpulos del cual me rehuso a formar parte. Y sin embargo, estoy cayendo presa...estoy involucrada. Porque sé lo que está ocurriendo y no puedo hacer nada para evitarlo. No soy nadie para cambiar la decisión de un tribunal, para cambiar el pensamiento de las personas y de su método ideal de "castigo".

Solo soy un espectador de ésta comedia que me ha absorbido. Que me ha acogido en el teatro donde todos salimos perjudicados aún cuando no fuese nuestra intención. Un teatro, un mundo...una vía hacia la perdición.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Como siempre estás con temas de actualidad que nos tocan a todos,queramos o no.Europeos,americanos,Irakíes o simplente seres humanos.
Aquí en Europa casi nadie,por no decir nadie está de acuerdo con la sentencia de pena capital. Todos,desde los políticos de izquierdas hasta los de derechas condenan este acto.

Y yo,como simplemente otra humana más, me sumo a ti.Siendo otra espectadora,como la inmensa mayoría,del teatro de títeres en que vivimos.

Besiños
Jen

gemmacan dijo...

Completamente de acuerdo. Pena de muerte ¡NO! ni siquiera a los más grandes tiranos de la historia. No somos nadie para quitar una vida.
Abrazos!

Alma dijo...

El circo terminó su función, la carcajada final fué lanzada a viva voz y ya perdí la cuenta de cuántas carcajadas han lanzado ya.

DTB

PD: Marcos, Noriega, los del Talibán, Hussein..., ¿quién sigue?

Natalia dijo...

Jess:Lo unico que me queda es expresar con estas palabras lo que siento y lo que me afecta, esta vida es injusta...cruel. A lo que podemos aspirar es a buscarle el lado positivo a las cosas, aún cuando nos ceguemos como ilusos tratando de encontrarlo.Un besazo preciosa!

Mia: Tienes tanta razón, no somos nadie para quitar una vida. Y sin embargo, pensamos que la única solución es hacerlo de esa manera.Qué poca inteligencia tenemos... Un abrazo!

Joss: Han lanzado muchísimas carcajadas, pero a cada persona le llega su hora...su juicio final. Un abrazo fuerte!

Taly

Liliana dijo...

Quizá esté equivocada pero pienso que aunque no somos suficiente para cambiar un veredicto, nuestras gargantas pueden gritar con fuerza a la injusticia y lograr que se tambalée un poco y quién sabe que podría pasar si al grito se unen unos cuantos más.

Natalia dijo...

Neh...no creo que estés equivocada Lil, creo que si se quiere, se puede. Lo malo es que estamos en una islita...¿qué podemos hacer?