17 noviembre 2006

El "bendito" IVU

No pudo venir en mejor momento. Apenas comenzando a sentir el frío navideño, comenzamos a helarnos con el balde de agua que resultó ser el impuesto del Estado. Un impuesto con el que supuestamente "ganamos" todos, pero la cruda realidad es que salimos perdiendo. El puertorriqueño ha tomado la noticia, la imposición con resignación. ¿Qué más puede hacer? No vale la pena rebelarse ante un gobierno miserable que ni se le debe prestarle más importancia de la que él mismo se otorga.

Frustración, molestia, enfado...éso se siente en todo el país. Es un sentimiento profundo, que cargamos con pesar a todas partes, la mayoría de las veces intentándolo ignorar. La "cosa" está fea, y me dí de cuenta de ello cuando fui a comprar en una gasolinera un galón de leche. (¡Gracias a Dios no le implementaron el dichoso Tax!)

La fila era para morirse. Cuando entré el ambiente estaba lleno de una tensión y un desespero, nunca había visto una fila tan larga ni en la oficina de los cupones. Sí, eran unas cuantas personas, y yo la última de la fila pero no por mucho. El punto era, que las manos empezaron a sudarme rápidamente, hasta que encontré que seguía en el mismo lugar que hacía cinco minutos atrás. La única diferencia: más gente detrás de mí.

Todos con caras enfadadas, los comentarios no faltaron. La ineficiente cajera, no entendía cómo rayos implementar el 7% en los artículos, porque para terminar de completar no tenía idea de a cuales se les podía adjudicar y a cuales no. Lo cual me aterrizó en la Tierra y me hizo sentir afortunada...de cierta manera. Me gusta leer el periódico, muchas de las veces acudo a la sección de cultura, espectáculo, por dentro., pero siempre termino ojeándolo completo.

Las personas están donde quieren estar porque quieren. No la juzgo ni tampoco me compadezco de ella, pero si tuviera la mínima intención de integrarse un poco al pueblo, hubiera leído los periódicos o visto las noticias que no hacían más que "cacarear" una y otra vez de este bendito IVU; hasta el punto de hartarnos la existencia.

No estoy de acuerdo con la medida, es más pienso que con ella el Gobierno se robará más dinero del que ya tenía. Sin embargo, una parte de mí cree que no ahora, no dentro de un par de años sino más adelante, se verá el progreso. Se verá al puertorriqueño respirar sin ésa camisa de fuerza a la que fue mandado a usar. ¿Quién sabe? Puede que me equivoque, y todo termine peor. Puede que el puertorriqueño decida emigrar o que termine en un estado de depresión irreparable, también puede que se pare y decida ponerle un alto a la "charlatanería" de los mandatarios de los tres poderes. Puede que el alivio contributivo, el cese de la violencia en la política y en las calles, termine algún día.

Puede que en un universo utópico, estemos más satisfechos de nuestros logros que molestos por los problemas actuales. Ningún país está exento de conflictos, todo depende de la forma en que vemos las cosas. Hay gente que se adapta rápidamente, hay gente que les fastidia el cambio.

Yo por mi parte puedo decir, que el IVU me hará un roto en el bolsillo, pero no por su llegada voy a dejar de celebrar ésta época tan bonita del año ni tampoco, ¡Lo que me resta de vida!

2 comentarios:

Liliana dijo...

Sube, sUbe, suBe y subE
TODO menos el SUELDO

Alma dijo...

Aunque hemos adelantado mucho en los últimos años, en materia de evaluación de nuestros líderes, lo cierto es que todavía nos falta mucho camino por recorrer, mientras tanto tenemos que seguir soportando la "charlatanería política" de los que miran hacia su futuro y no al de la patria.

DTB