16 noviembre 2006

Una moneda al aire

Rodrigo está enamorado de Ana. Julia es amiga de ambos pero conocía a Rodrigo desde la infancia. Éste, vive para su novia, la ama con locura y no le importa que el mundo ni los cuatro vientos se entere de sus sentimientos. Ana, le corresponde aunque nunca ha dejado de ser la muchacha sumisa y tímida del grupo.

Un lobo vestido de corderito.

Hace unos cuantos días, Julia fue con su mamá de compras al centro comercial. Admirando el tumulto de gente, se perdió fascinada en las diferentes caras con las que se topaba, mientras su mamá terminaba de pagar una cuenta en una compañía de teléfono. Una de las tantas cara que Julia miró, le resultó familiar. Sorprendida por haber coincidido con Ana, se detuvo de ir a saludarla cuando notó la presencia de un hombre desconocido.

Un hombre que la abrazaba.

Abrumada por el descubrimiento no pudo evitar ver cómo Ana se reía y se besaba con éste muchacho, al parecer unos años mayor que ella. Quiso alejar de su mente ésa visión, pero el tan solo pensamiento de que ella pudiera estar engañando a su mejor amigo le hizo sentirse destrozada.

Ahora Julia se encuentra en una encrucijada. Si le dice a su amigo perderá su amistad renuente a creerle y lo lastimará. Sino le dice, permaneciendo distante de los problemas de su relación, cuando Rodrigo se entere sabrá que ella fue cómplice, y saldrá mal parada.

¿Qué hará Julia? De todas formas...saldrá perdiendo.

2 comentarios:

Alma dijo...

Al amigo, se le hiere con la verdad
para no destruirlo con la mentira!

DTB

Liliana dijo...

lugar equivocado, momento equivocado pero así fue

Julia toma valor

Julia va donde Ana y la saluda aunque se muera de verguenza.
Julia le dice a su amigo lo que vió y le da permiso a citarla con nombre y apellido.

Fin