24 febrero 2007

¿Quien eres?

¿Quién sabe porqué hacemos las cosas?

Así como yo me pregunté hace no mucho porqué me sentía mal con la realidad acallante de haber perdido una amiga por su propia elección, no dudé en volver a cuestionarme si ésto realmente es lo que quiere Dios. Dios, o la fuerza divina que nos vigila y que nos dá ése empujoncito que muchas veces necesitamos, o ésa presencia omnipotente que nos aprieta pero no ahorca. Ése que tanto queremos, que algunos temen y otros ignoran. Sí, me vuelvo a cuestionar qué hice mal, qué estoy haciendo mal, porqué ya no me siento igual.

Cada día despierto para encontrarme en el espejo con una persona distinta a la que conocí ayer, en el mismo lugar. Una persona a la que tardo en reconocer mientras la miro fijamente a los ojos y hallo su verdad. Pero, ¿y si el reflejo es una pura farsa? ¿Una ilusión originada por mi mente para mantenerme calmada y disfrazar ante mis pupilas el rostro de una extraña? ¿Alguien que dice ser yo? ¿Alguien que no soy?

¿Serán las amistades rotas, los seres queridos distanciados y las esperanzas de conocer a personas pertenecientes a mi futuro lo que me mantiene en pie; lo que me hace envejecer cada segundo ante la posibilidad de que nuestros encuentros, sean la carga sobre mis hombros que presiona mis ganas de llorar? ¿Serán los deseos,los sueños expectantes, la vida que muchos dicen que me queda por delante lo que hoy, me hace reconsiderar? ¿Quién soy? ¿Quiénes son los que me rodean?

Hoy, me puse a pensar en lo que he dado y me encontré con que no ha sido lo suficiente como para merecer lo que tengo en el presente. No han sido suficiente mis acciones y sin embargo, espero merecer más cosas cómo una niña inconforme con lo que ha recibido. Como una niña que aún teniendo mil muñecas, pide en silencio que cuando su padre entre a saludarla, le regale más. Sí, así me siento, como una extraña avariciosa que cree merecer más de lo que tiene e ignora conocer a ésa otra faceta, que sé que se encuentra dentro de mí, que se exige dar cada vez más.

Exigirse más a sí misma, pero ésa tampoco soy yo. Tampoco soy ésa muchacha entusiasta que está al pendiente de las necesidades de todos y se preocupa desinteresadamente por su bienestar. Tampoco soy ésa chica que intenta complacer a sus maestros y que los llama así por respeto pero que lo único que busca es una amistad, y no ser considerada como su favorita, quizás por el mero hecho de que se siente sola. Se siente sola porque tiene que enfrentar diariamente la rivalidad. La presión a la que está acostumbrada pero que quisiera dominar para poder tan siquiera respirar tranquilamente como lo hacen los demás. Como si no llevara un futuro a cuestas.

"Uno no puede cometer errores".Pero yo los cometí, al igual que todo el mundo. Yo cometí el error que en aquel momento no lo parecía, de brindar mi amistad incondicional a alguien que ayudé, que dí tanto y que a cambio, recibí muy poco. Sin embargo, error no era. Aprendí, aprendí una lección y hoy mientras leía a mis amigas también.

No soy hipócrita, no con los demás. Sí, conmigo misma.

Tal vez la razón de mi desapego sea porque no quiero involucrarme en la vida de los demás para sentirme una entrometida, y siento que caí y ésta semana lo hice. Ahora pago por lo que he hecho. No me involucro demasiado porque no me gustaría que hicieran lo mismo conmigo y se desilusionaran, como tantos lo han hecho. Se desilusionen de que detrás de éste carácter, de ésta sonrisa amigable y éstas ansias de trabajar, no exista nada.

¿Quién es ésta muchacha que pide a gritos escapar? ¿Qué hay dentro de ése lugar llamado cuerpo? ¿Qué puede haber en él que sea tan espantoso aguantar?

2 comentarios:

Liliana dijo...

No importa lo que sea que te mantiene en pie, pero no te derrumbres. Despúes de todo, cada día somos distintos porque nos enfrentamos a cosas diferentes que nos forman, que nos cambian para bien o para mal.

Alma dijo...

Ahí adentro estamos, con las penas y las alegrías, con los olvidos y
los recuerdos, con los fracasos y los triunfos, con lo que odiamos y
lo que queremos, con todo y con nada, simplemente nosotros mismos...

DTB

PD: ¿18? :-) ¡Felicidades!