03 febrero 2007

Si tu no vuelves

Observo tu silueta borrosa parada junto a la puerta. Tus manos acogedoras, causantes de las caricias que aún recorren mi piel, sujetan con vacilación la perilla. Tu rostro hermoso, el cual tantas veces exploré con mis dedos, permanece cabizbajo. Trato de enfocar mi visión pero la oscuridad en la que la habitación se encuentra inmersa no ayuda a mis ojos, a adaptarse a la escasa luz de la luna, proveniente de la ventana.

Te decides a cerrar la puerta, molesto y triste. Conozco el sonido de tus pasos pesados como el cemento cuando odias irte de un lugar que adoras. De mis brazos, de mi cuerpo, de mí ¿Tal vez? Me levanto, intentando que el sueño no me impida detenerte y sin embargo, el cansancio me derrumba e inmoviliza mi ser. Inútil, desgarrada, alcanzo mis ojos e intento restregar con las manos toda pista que incite que estoy despierta. No, no quiero estarlo.

Es una pesadilla, una horrible pesadilla.

Sin pensarlo, lágrimas traicioneras transitan por mis pómulos secos, sin permiso alguno. Mis labios, culpables de la felicidad que hoy anhelo repetir otra vez, recuerdan el dulce sabor de la sumisión ante los tuyos. Me abandonas y contigo inmediatamente se vá mi alma. Mi vida, mis esperanzas.

Y cada noche vendrá una estrella a hacerte compañía.

Que te cuente cómo estoy, que sepas lo que hago.
Dime amor, amor, amor estoy aquí ¿no ves?
Sino vuelves no habrá vida, no sé lo que haré.

Recorro la estancia con la mirada opaca, te alcanzo con el deseo y te beso desde la distancia. Me despido de tí al descubrir el camino que has elegido, la promesa del mañana. Necesitas seguir adelante y yo, aprender a aceptarlo. Dejas atrás las noches de desolación, de protestas por mi ausencia; aún cuando con mi inútil pecho, tu cuerpo encontraba amparo. Te llevas la esencia de una vida que ya no es mía, los recuerdos de momentos juntos que ahora se adhieren a tu memoria y la sonrisa de haberte sentido el hombre más feliz del planeta.

Felicidad, la meta que todos buscan y por la cual me siento orgullosa, de haber sido parte.

Me iré en paz al nuevo hogar que me llama. Sin embargo, recuerda amor mío:

Nunca te dejaré solo, si tú nunca me olvidas...estaré contigo, siempre.

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Una vez me dijeron que cada estrella en el cielo representaba a cada ser querido que hemos perdido, que nos observan y se quedan pacientes a que no los olvidemos.

La canción de Amaral y Chetes, Si tu no vuelves, me hizo caer en una cierta depresión al pensar qué pasaría si nuestros seres queridos tuvieran que partir. La canción es más amorosa, heart-broken pero igual, es preciosa. Se las recomiendo, me ha inspirado.

3 comentarios:

Jenchan dijo...

Bueno,creo que ya hablamos ayer de esa canción, y de lo mucho que puede transmitir,así que no me detengo en eso.

Respecto a tu cuento,por llamarlo de alguna manera,como siempre logras que se me erice la piel.Transmites las sensaciones como si las estuviéramos viviendo.

Muchos besiños
desde Galicia
Jen

Liliana dijo...

Es bueno recordar a aquellos que se van.

Anónimo dijo...

Cez taba segura k ya habia comentado -.-

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*refunfuñando contra su memoria*