03 septiembre 2006

La Impotencia

A veces, llego a sentir impotencia. Solo a veces, siento que no soy lo suficiente fuerte ó inteligente para controlar lo que sucede, no tanto aceptar las situaciones sino el comportamiento de uno en sí. Es en ésas veces que aparte de uno sentir un dolor corrompiendo tu interior, llámese molestia o ira, uno comprende que las cosas seguirán su curso no importa las mil maravillas que uno haga por tratar de cambiarlas. Quién sabe de lo que hablo específicamente, se puede aplicar a todo y a su vez en nada especial. Destaco una conducta, un hecho innegable que recurre a desalentar la tranquilidad de nuestro ser.

Marta está contenta, su novio llegó ayer. No pudo ir a recibirlo en el aeropuerto debido a que estuvo reunida con varios de sus compañeros, terminando un proyecto escolar del cual no podía escapar. Estuvo toda la noche, haciendo hasta lo imposible por acabar rápido y eficientemente, para llamar a su novio y encontrarse con él. Sin embargo, el reloj jugó en su contra, y para cuando hubo terminado ya era demasiado tarde y no tuvo más remedio que acostarse. Al día siguiente, ella no duda en arreglarse para darle una sorpresa a su novio tan pronto se levanta, se dá de prisa porque no aguanta ya las ganas de ir hacia él y abrazarlo y besarlo.

Una vez llega a la casa de él, sus padres le avisan que Brian había salido. Marta se siente culpable, un poco desilusionada y espera pacientemente que él vuelva. A la hora y media, él se estaciona frente a la casa, donde ella ya lo estaba esperando sentada en la escalera. El rostro de ella se ilumina, el rostro de él se encuentra indiferente. Trata de esquivarla, ignorando por completo su presencia y decide entrar a la casa. Ella, lo toma por el brazo y le pide una explicación. El, adolorido por lo ocurrido, le pone un fin a la relación.

A veces, nos hemos llegado a sentir como Brian, traicionados por hechos que están fuera de nuestro control. Otras veces, nos sentimos como Marta, que aún en contra de sus más profundos deseos decidió terminar sus estudios primero para después dedicar su tiempo a su novio. ¿Quién actuó mal? ¿Quién hizo lo correcto? Lamentablemente en éste caso, ambos hicieron lo correcto. Que sus reacciones fueran quizás un poco "exageradas" , nadie las recrimina.

Impotencia sintieron ambos, al no poder verse. Marta porque estaba trabajando y Brian porque no la encontró en su fiesta de bienvenida. No todos los días uno obtiene lo que quiere, no todos los días uno puede tener el rostro con una sonrisa dispuesto a solucionar los malentendidos. No todos los días uno está abstento de recibir daño, incluso cuando éste fuese injustificado, no todos los días uno está preparado para remediarlo.

A veces...solo a veces, aceptar la impotencia resulta ser nuestra mejor medicina.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hi^^
Decididamente me quedo con tu última frase..... en la que defines toda una vida... toda una forma de vivirla.
Y es cierto, tan cierto...¿Quién no se ha sentido alguna vez como Brian o como Marta?
Podría jurar que todos o casi todos hemos sentido eso alguna vez...
Y sí, al final lo único que nos quedaba era.... esa impotencia....


nada, q me has dejado sin palabras Xd
Besiños
Jen

Alma dijo...

Cada cabeza es un mundo ¿no?
Si el uno no quiere entender al otro, entonces, ¿de qué se trata? Somos adultos y pensamos como niños o nunca hemos crecido.

DTB